viernes, 13 de septiembre de 2013

Con Talleres De Pintura y Cuentos de la Tradición Oral se Forman Niños Vigias Ambientales y Culturales en los Barrios Alejados Del Centro De la Ciudad

lideres culturales, comunales se comprometen y se unen al llamado de conciencia que estamos haciendo los artistas para que conservemos la identidad del llanero criollo, protejamos la fauna llanera y para que minimicemos el uso de la bolsa platica, llevando a la tienda, al supermercado el canasto y la busaca   como lo hacían nuestros abuelo.



en el mundo se producen al año entre medio y un billón anual de bolsas platicas que tienen una vida de 1.000 años, inundando todo los rincones de la tierra, las vemos por todas partes, en los caminos, en los basureros, en la calle, en los parques, en los ríos, en los caños, en los montes, colgando en las ramas de los árboles, en los alambrados, y hasta en los cables de la luz, pero lo más preocupantes es que dura 10 minutos en nuestras manos y 150 años en la tierra para descomponerse; además muchas son las especies que mueren atrapadas o atoradas cuando la confunden con alimentos. Es hora de hacer algo por un planeta limpio y un ambiente sano, si usamos una bolsa de tela o un canasto podemos ahorrar 6 bolsas por semana, es decir 24 bolsas al mes, 288 bolsas al año, 22.176 bolsas durante una vida promedio.

Si solo 1 de cada persona hiciera esto ahorraríamos 1.330.560.000.000 durante nuestra vida. Llevemos a la tienda y al supermercado la bolsa de fique, de tela o el canasto como lo hacían nuestros padres y abuelos; todavía nos queda mucho que salvar.


domingo, 8 de septiembre de 2013

FOLCLOR:




Igual podemos considerar como un símbolo, esa carta de presentación del llanero que es el joropo. Y es que el joropo es música, es baile y es canto; además, lleva en sus compases, la fuerza expresiva de sus vivencias cotidianas (las del llanero) y aún,  de las actitudes y expresiones de los animales de su entorno.

En su música y en su danza, toman vida los corcoveos del potro, el vuelo acompasado del gabán, la zambullida del pato, el desplazamiento ágil del gavilán, el gracejo de la mujer catira o morena, el ritornelo de la guacharaca.

Por lo tanto, el joropo es la adaptación del galerón antiguo a las experiencias cotidianas del llanero y de su entorno, pues es bien sabido que este género musical nos vino de los llanos venezolanos con las migraciones ganaderas, desde esas latitudes hacia este lado del río Arauca y él mismo, tuvo su origen en el galerón español, como se llamó el canto y acompañamiento musical con que los “galeotes”, al desembarcar en tierra firme, amenizaban sus fiestas y jolgorios, y que el llanero aprendió y adaptó a la realidad de su ámbito, tal como adaptó también el zapateo del flamenco y ciertos compases del vals, a los pasos de ejecución del baile del joropo.


Actualmente el joropo de nuestros llanos orientales, en cabeza de sus intérpretes (músicos, compositores, cantantes y parejas de baile), ha trascendido el espacio de la tierra llana y ha ido calando, con buena fortuna, en la región andina.
ESPACIO FÍSICO

El llanero ha hecho de sus dilatadas sabanas y cruzadas  de ríos, su hábitat predilecto.

Allí, es constante interactuar con su misma gente, con los animales y las plantas de su entorno, con la lluvia, el sol, el viento y el verdor de ese paisaje exuberante y extendido, donde se confunde el horizonte con el cielo; moldeó su propio temperamento extrovertido, franco y cordial, abierto como el llano mismo, al cual permanece fortísimamente ligado por sus tradiciones y costumbres.

En realidad, el llanero se identifica con el horizonte abierto de la pampa, que es para él, símbolo de libertad; y la libertad es su don más preciado, la más cara pasión de su vida.

Otros elementos que tienen  mucho de simbólicos en la vida del llanero son: el caballo, la silla, la soga y el cuchillo.

sábado, 31 de agosto de 2013

Identidad Cultural Llanera



Origen Étnico Del Llanero

Población: Hablar de la etnia llanera, es referirse a un sincretismo de razas donde predomina el elemento mestizo, fruto de la unión entre español e india; cruces que continuaron reproduciéndose entre mestizos o entre varones mestizos e indígenas puras, cuyos descendientes se conocen en nuestro medio como “atravesados”.

En lo correspondiente al llanero araucano, sus factores genotípicos más acentuados son los provenientes del mestizaje surgido en los llanos venezolanos y del mestizaje propio de la región andina colombiana, admitiendo a través del tiempo, pigmentos de tipo europeo (prominentemente italiano), árabe (sirio – libanés) y de tipo negroide (del litoral Atlántico Africano).

Es esta fusión de sangres, donde afianza el llanero araucano sus raíces étnicas.

HATO: El hato ha sido por antonomasia, la unidad productiva del habitante del llano, en consecuencia, llegó a constituirse en el núcleo principal de la diseminada vereda.

El hato dispensaba a los vecinos menos pudientes, trabajo fijo o temporal según el caso y también producía por encargo: sillas, aperos y algunas herramientas a los lugareños.

TRABAJO DE LLANO: El “trabajo de llano” giraba siempre en torno al hato, ya que como unidad mayor, era en sus corrales donde se encerraba el ganado perteneciente a los rodeos de todo el vecindario. Esto, con el objeto de marcar con el hierro al rojo vivo, la respectiva becerrada. Para ello, los peones entran al corral, enlazan y manean en el suelo al becerro que van a marcar con el hierro de su dueño. Para asegurarse de dicha pertenencia, observan cuidadosamente la marca que tenga la vaca madre, con la cual anda apareado el becerro. Después que lo inmovilizan, le colocan el hierro en la pierna y lo señalan en las orejas, con los cortes que el propietario acostumbra hacerles allí (elevado, horqueta, tronce y taravita). Una vez terminada la faena, se abre la puerta de la majada y se suelta el ganado, para proceder a buscar otro rodeo y traerlo al corral.

La vida en el hato es de notoria sencillez.



VIVIENDA: El llanero construye sus casas de palma y bahareque; con una amplia sala frontal, con bancas de madera o taburetes de cuero y en un rincón, el inefable tinajero. Dicha sala, por el frente y por los lados, está encerrada  por paredes bajas, o sea, lo que se denomina en el entorno “media pared”.

A continuación de la sala, siguen una o dos amplias alcobas, cortadas en el extremo por la cocina y el comedor, el cual se levanta en forma de escuadra o de “martillo”.

A la entrada del paradero siempre hay una caballeriza, o sea, una casa escueta con techo de palma y levantada en horcones. En la misma, cuelgan garabatos para que al entrar el llanero con su cabalgadura, pueda desaperarla allí, colocando la silla, el freno y demás arreos en los respectivos garabatos y travesaños dispuestos para tal fin.

VESTIDO DEL LLANERO: El vestido corriente del llanero es sencillo: pantalón hasta debajo de la rodilla, denominado “tuco”; cuando el pantalón es largo, suele enrollárselo a mitad de pierna. Usa camisa manga corta y el infaltable sombrero. Por lo general anda descalzo, y ocasionalmente, usa alpargatas de hilo negro y suela de cuero.

La mujer tradicionalmente ha usado vestido sencillo de pequeño escote y falda a la rodilla, confeccionado con telas estampadas. Se calza con zapatos cerrados, de tacón bajo, con sandalias o alpargatas de suela de cuero o de hilo; ocasionalmente, anda descalza.


MUJER LLANERA: Es la encargada de realizar y dirigir las actividades hogareñas y la de mayor influencia en  la crianza de los hijos.

Los alimentos más comunes que la mujer criolla prepara son: picadillo; pisillo de chigüire, de pescado, de carne seca; sancocho de carne fresca, de carne seca, de gallina, de pato; marrano frito con arroz seco y plátano maduro cocido; carne asada; cachicamo asado; hayacas; tamales; tungos de arroz y de mazorca; mute; arepas con queso y arepas con chicharrón.



EL LLANERO: Fuera del cuidado del ganado, el llanero se dedica al ordeño, a la quesera, al arreglo de los potreros a la siembra y limpieza del conuco y también a la caza y a la pesca.

El llanero como artesano, pica y confecciona sus propias sogas, bozales, gasas y sueltas, así como también, sus cabrestos, cinchas y falsetas, con las crines acumuladas al peluquear sus cabalgaduras.

GANADERÍA: La ganadería araucana provino de los llanos venezolanos, traída por los reseros barinenses y guariqueños que se aposentaron con sus familias y peones, a este lado del río Arauca, donde la feracidad de las sabanas y la abundancia y pureza de sus aguas, hicieron prosperar los hatos; todo ello, aunado a la competencia y baquía de sus fundadores en las faenas del llano. Por eso nuestro llanero araucano, desarrolló costumbres eminentemente pastoriles, las que con ayuda del caballo, su insuperable y fiel compañero de brega, lo llevó a cimentar esa orgullosa cultura ecuestre que lo ha caracterizado:

Sobre los llanos la palma,
sobre la palma los cielos,
sobre mi caballo, yo,
y sobre yo: ¡mi sombrero!”.



viernes, 9 de agosto de 2013

Leyenda De Las Toninas


“Toni Y Nina, los niños que desobedecieron a sus padres”

Cuentan que en un paraje, horilla del rio Arauca, un par de criollos marido y mujer, tenían un par de muchachitos, una niña y un niño. La niña se llamaba Nina y el niño Toni. El jueves santo los niños le dijeron a la mamá que querían bañarse en rio, pero la mama le dijo que no porque el jueves y viernes santos era malo bañarse porque se podían volver peces, también era malo decir groserías y subir a los arboles porque podían quedar pegados o volverse monos.

Los niños desobedecieron a su mamá y en un descuido de ella se fueron hasta el rio y se zumbaron. La mamá echó de menos la presencia de sus hijos, y en visita que no aparecían, empezó a buscarlo, a  llamarlos por todas parte ¡TONI!,  ¡ NINA!, ¡TONI!, ¡NINA!...Cuando de pronto escucho una voz que salía del agua del rio que decía mamita ya nosotros le desobedecimos, perdónanos pero no busque más porque ya nosotros nos convertimos en peces y estamos feliz disfrutando de las aguas encantadas del rio Arauca, más bien vamos ayudar a la gente que naufraga y que se esté ahogando o que valla hacer presa de algún caimán.

Lo escribí así como me lo contaron, con pelos y señales.

De la tradición oral-


Trascrito  por: Pedro Parales R.

lunes, 5 de agosto de 2013

 No Cortes Tu Propia Vida




La tala y corte de madera afecta de manera directa la biodiversidad, lo que preocupa en nuestro entorno llanero. En Colombia se considera que 250 especies árboles se encuentran totalmente agotados y por lo menos 622 en serio peligro de extinción. Los palmaritales de Arauca, motivo de inspiración de reconocidos compositores entraron a formar parte de esta larga lista ya que la palma de cuesco ha sido seria mente afectada por las quema de la sabana, la tala para siembra y por ende, el corte para vivienda, la ceiba, Los algarrobos, los sarrapios, el samán y otros de nuestro medio, forman parte de esta larga fila de arbustos que deben ser considerados al momento de ponerles el hacha o la moto-sierra.



Es hora de tomar conciencia y detener de una vez por toda la catástrofe, los arboles mantienen frescas las fuentes de agua, mantiene fresco el aire, da sombra y produce oxígeno para la vida.

Una Plaga Regada Por Todas Partes


En el mundo se producen al año entre medio y un billón anual de bolsas plásticas que tienen una vida de 1.000 años, inundando todo los rincones de la tierra, las vemos por todas partes, en los caminos, en los basureros, en la calle, en los parques, en los ríos, en los caños, en los montes, colgando en las ramas de los árboles, en los alambrados, y hasta en los cables de la luz, pero lo más preocupantes es que dura 10 minutos en nuestras manos y 150 años en la tierra para descomponerse; además muchas son las especies que mueren atrapadas o atoradas cuando la confunden con alimentos. Es hora de hacer algo por un planeta limpio y un ambiente sano, si usamos una bolsa de tela o un canasto podemos ahorrar 6 bolsas por semana, es decir 24 bolsas al mes, 288 bolsas al año, 22.176 bolsas durante una vida promedio.

Si solo 1 de cada persona hiciera esto ahorraríamos 1.330.560.000.000 durante nuestra vida. Llevemos a la tienda y al supermercado la bolsa de fique, de tela o el canasto como lo hacían nuestros padres y abuelos; todavía nos queda mucho que salvar.